“Hijo
de una limpiasuelos”
(se trata de un artículo de
Mis
sufridos alumnos de 2º de bachillerato, tal como os
he dicho en clase, aquí tenéis una ayuda para esas partes del
comentario que más os están costando.
La
estructura.
Aquí
los errores principales en vuestros comentarios son:
-que
no comentáis el titular.
-que
no diferenciáis entre la estructura interna y la externa.
-que
no señaláis los argumentos.
-que
no decís cuál es la tesis ni definís la estructura en función de
la posición de la tesis en el texto.
Podréis
desarrollar este apartado mejor o peor, pero si os dejáis alguna de
esas partes automáticamente estáis perdiendo nota, así que tened
bien presente que no podéis obviar nada de eso.
En
su estructura externa el texto se presenta constituido en dos partes
fundamentales: una primera, formada por el título -“Hijo de una
limpiasuelos”- destacado con una tipografía mayor y negrita,
propia de los títulos de los textos periodísticos, que hace
adivinar su tono autobiográfico. Un segunda, el cuerpo del texto,
que, a su vez, se distribuye en cinco párrafos.
En
cuanto a su estructura interna, distinguimos tres partes
diferenciadas. Una primera l. 1-4), que se corresponde con la
introducción, en la que el autor plantea el tema del texto: el
servilismo de la mujer de clase baja en la España de posguera. Esta
idea la apoya con dos ideas secundarias: el argumento basado en la
experiencia propia “soy hijo de una mujer que...empezó a limpiar”,
y una segunda, que establece la diferencia semántica entre servir y
trabajar.
La
segunda parte (l. 5-38) se corresponde con el desarrollo y presenta
dos ideas principales basadas en una oposición temporal: pasado (l.
5-20) y presente (l. 20-38) de la sociedad de clases española, que a
su vez se articula internamente por la oposición socio-ideológica
pobres/perdedores frente a ricos/vencedores de la Guerra Civil. La
primera subparte (l. 5-20) presenta como idea principal la precaria
situación de la clase baja/perdedores ejemplarizada en la figura
paradigmática de la madre del autor, por coincidir su oficio con el
insulto proferido por el político a Ada Colau. Esta precariedad se
apoya en las ideas secundarias: el argumento de ejemplo con valor
acumulativo en que se describen las arduas tareas de su empleo y la
escasa recompensa económica: “ trabajar mucho, quejarse poco y
ganar menos” (l. 5), “fregar de rodillas”, “acarrear agua”
a cambio de “unos trozos de bacalao”. La idea de injusticia que
se desprende de esta precariedad aumenta por la oposición de la
descripción de la clase alta representada en el sintagma “los
zapatos finos y elegantes” (l. 8) que marca el suelo como
territorio compartido, si bien, en desiguales condiciones.
La
segunda subparte (l. 20-38) presenta como idea principal la
persistencia de la dicotomía ideológico-política, pero la
difuminación de la barrera socioeconómica: “somos los hijos e
hijas de los que han fregado suelos...pero somos algo más”. Como
ideas secundarias de apoyo a esta, el autor ofrece el panorama de la
división política de España con los nombres de los políticos más
representativos de signo izquierdista -Colau, Iglesias, Garzón-
frente a la “derecha cañí”. Apoya la idea de la regeneración
socioeconímca de esas nuevas generaciones a través de la
adquisición de estudios superiores gracias a la “universidad
pública”.
La
tercera parte (l. 38-40) se corresponde con la conclusión y encierra
la tesis: la regeneración de la clase baja es “el símbolo más
evidente de su derrota”, por lo que podemos decir que se trata de
un texto con estructura sintetizante.
La
modalización
Los principales errores aquí son:
-que no os fijáis en la modalización oracional
-que a menudo no redactáis y convertís este apartado en una lista.
-que no os fijáis en los recursos tipográficos de modalización (como pueden ser las comillas, los paréntesis o el uso de la negrita).
La
modalidad oracional dominante es la declarativa, propia del género,
y en cuando a las modalidades del enunciado, predomina la declarativa
afirmativa.
Como
corresponde a un texto de opinión, está muy modalizado. Los
mecanismos gramaticales como la deixis personal lo confirman desde su
comienzo con una forma verbal en primera persona del singular “soy”,
los posesivos de primera persona “mi” e incluso el pronombre
personal “yo” (l. 14). Su empleo se corresponde con la función
expresiva del lenguaje, propia de la expresión de la subjetividad.
Además, nos encontramos también, hacia el final del texto, con el
uso mayoritario de la primera persona del plural con valor inclusivo
o exclusivo, según la posición ideológica o experiencial en que se
sitúe el receptor, pero que indudablemente se relaciona con la
función fática del lenguaje, ya que su objetivo es implicar al
lector en la situación comunicativa.
En
cuanto al léxico valorativo o connotativo podemos articularlo en
torno a dos isotopías opuestas basadas en una diferencia ideológica
que dará como resultado una diferencia de clase: “ganadores y
perdedores”. En función de estas isotopías se sistematizan unos
valores connotativos aparentemente positivos, los vinculados a los
primeros, y aparentemente negativos, los vinculados a los segundos.
Decimos aparentemente porque , mientras que bajo la isotopía de los
perdedores se engloba un léxico denotativamente marcado en negativo
y relacionado con el esfuerzo (servir, arrodillarse, poner los cafés)
o con las carencias (pobre, analfabeta), se neutralizan con la
característica positiva que define la isotopía: dignidad, presente
en todo el texto. Por contra, la isotopía de los “ganadores”
parece caracterizada por valores positivos: “merecer, gracia de
Dios, fortuna y bienestar, estatus” que se neutralizan por el
léxico militarizado asociado a la misma: “desfilar, arsenal,
sangrar”, por el sintagma que la vincula con los apetitos más
bajos y la falta de contención “insaciable voracidad” y por
oposición, por la ausencia de dignidad.
Encontramos
numerosos ejemplos de adjetivación valorativa por los que se filtra
el punto de vista del autor y que inciden en la idea anterior, la
división social y moral de las dos Españas: “finos y elegantes”
frente a “pobre y analfabeta”; “sociedad clasista” frente a
“gente sencilla”.
También
constatamos el empleo de figuras retóricas que aportan mayor
expresividad o énfasis a las ideas formuladas por el autor: la
ironía presente en todo el texto y evidente en “por la gracia de
Dios”, las enumeraciones con valor intensificador “trabajar...”,
las metáforas: “el odio les sangra por los ojos”, “arsenal de
desprecio”, el tono hiperbólico de estas mismas imágenes.
Mecanismos todos ellos que podemos relacionar con la función
poética, propia de los textos de opinión en los que el autor goza y
hace uso de mayor libertad creadora frente a otros ámbitos del
género periodístico como la crónica o la noticia.
Destaca
también la modalización epistémica reflejada en los verbos
intelectivos: “sabemos” donde el grado de certeza del autor es
absoluto, fruto de su experiencia vivida.
La
cohesión
los principales errores:
-que os olvidáis de la cohesión gramatical (deícticos, elipsis, conectores, tiempos verbales).
-que confundís campo conceptual con campo semántico.
-que aún señaláis hiperónimos e hipónimos que no lo son.
-que tenéis una tendencia a presentar todo esto como una lista.
En
el apartado de la cohesión textual destaca el escaso uso de
conectores, apenas presentes en el texto más allá de dos o tres
ejemplos de conectores lógicos, causales y adversativos -“porque”
y “pero”- y uno de adición “además de”. La ausencia de los
mismos se suple con un correcto uso de la deixis, personal, temporal
y espacial, así como con la correlación verbal que permiten al
lector seguir la progresión temática. En este sentido el texto
presenta una estructura circular en la que comienza a narrar en el
presente personal “soy”, cede su espacio al pasado en tercera
persona -la experiencia materna- “creció”, y vuelve al presente
personal compartido con el receptor “andamos”. Otro mecanismo
gramatical de la cohesión es la deixis textual o foricidad, que
permite relacionar informaciones presentes en el texto sin necesidad
de repetirlas. Así encontramos ejemplos de catáforas, en las que la
información referenciada aparece después del elemento referencial:
“lo que” y anáforas “su”.
En
cuanto a los mecanismos léxicos que favorecen la cohesión, tenemos
el campo conceptual del trabajo (jornal, fregar…), sinónimos
contextuales de los privilegios (fortuna, estatus..), los hipónimos
de sentimiento (odio, voracidad, dignidad...) y dos familas léxicas
(pobre, pobreza; privilegio, privilegiado).
También
la enciclopedia cultural favorece la cohesión pues apela a un
conocimiento compartido con el lector. En este caso lo sería el
actual clima político de enfrentamiento entre la derecha tradicional
y los políticos de la izquierda emergente, hecho que se relaciona
asimismo con la actualidad informativa.
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